martes, 27 de agosto de 2024

IR A TERAPIA

 

A menudo me pregunto por qué no acudí a terapia antes. Tal vez fue por desconocimiento o por temor. Temor a que la gente pensara que ir a terapia o al psicólogo es solo para quienes tienen problemas mentales, y es cierto. Cuando algo en tu mente no funciona como debería o sientes que no puedes avanzar por ti misma, es el momento de buscar ayuda.


Decidí hacerlo y estoy muy orgullosa de haber dado ese paso. Inicialmente, vas con miedo, claro está, debido a experiencias previas desfavorables con profesionales que no comprendieron tus problemas ni cómo manejarlos.


La consulta siempre es acogedora, con luz suave y una atmósfera tranquila que necesitas en ese momento, ya que compartirás con alguien más aspectos y experiencias muy personales que probablemente no le hayas contado ni a tus seres más queridos. Es crucial encontrar un profesional con quien sientas que lo que compartes no será juzgado y se le dará la importancia que tiene para ti.


Acudí, como lo he hecho otras veces, porque mi cuerpo y mente suelen enviar señales cuando algo no va bien. Y qué acertada estuve al escucharme. Al principio, todo es abrumador y no sabes por dónde empezar, todo es nuevo y comienzas a hablar de lo que te preocupa en ese momento. Empiezas a hablar con timidez y hasta con miedo, pero eso se disipa cuando ves que la otra persona te mira con comprensión y empatía. Finalmente, la sesión se pasa volando y deseas continuar porque te ha beneficiado tanto que anhelas que llegue la próxima vez.





No hay comentarios:

Publicar un comentario