domingo, 29 de marzo de 2015

Vivir, reír, amar.


Alguien una vez me dijo que para ser feliz hay que reír, reír mucho, con ganas, como si te fuera la vida en ello, como si fuera la última vez que esos labios esbozaran una sonrisa. Y aquí me tenéis amigos, sonriendo todo el día, porque no hay nada más bonito que sonreír. Por que liberas ciertas sustancias que a tu cuerpo siempre le vienen bien y no hay nada mejor para el alma que sentirse bien con uno mismo. 
Yo no creía hasta hace poco en mi misma, supongo que la vida y las propias decisiones que tomas juntado con la poca autoestima que le precede, hacen que esa poca credibilidad se acentúe, hasta el punto de no saber ni quien eres. 
Pero ya me olvidé y ahora se que puedo vivir, porque para quererse hay que reír y mucho. 

Celia C.